Fue un 18 de agosto que no es éste, pero pudo parecerse. Entonces fusilaron al poeta.
Cuando se marchitaron todas las azucenas, pisoteadas por las botas de un racimo de animales. Cuando se callaron todos los pianos, solo para volver a hablar en el idioma de la pena. Cuando el verde que es vida cedió ante la luna que es muerte.
Fue en agosto y fue en Granada. Fusilaron a Federico.
Retomando las palabras de Miguel Hernández, fue el inicio de la tragedia española.
"Comienza la tragedia española la muerte del poeta Federico García Lorca, asesinado por el fascismo en agosto y en Granada, muerte en agosto como el “Amargo” de su romance. La desaparición de Federico García Lorca es la pérdida más grande que sufre el pueblo de España. Él solo era una nación de poesía. Desde las ruinas de sus huesos me empuja el crimen con él cometido por los que no han sido ni serán pueblo jamás y es su sangre, bestialmente vertida, el llamamiento más imperioso y emocionante que siento y que me arrastra hacia la guerra. Es su sombra, desaparecida de sus pies, y es su voz, arrancada de su lengua a tiros, la que me empuja irresistiblemente con un violento deseo de venganza. Me siento más hombre, más poeta, y un día cogí el fusil que me correspondía, después de cavar trincheras que han regado tantas sangres nobles."
Miguel Hernández. En "Un acto en el Ateneo de Alicante". 22 de agosto de 1937.