Cuando el poder lo manifiestan los de arriba, se manifiesta injusto: el poder es impunidad. Eso significa, entre otras cosas, que no hemos enterrado aún a un muerto nuestro y ya tenemos otro asesinado. Significa que la tierra que hace poco menos de un siglo y medio fuera regada copiosamente de sangre mapuche por un ejército que se consagraba genocida, lo siga siendo. Que los estancieros que ayer pagaban por oreja o testículos a "cazadores de indios", hoy se contenten con las tropas regulares y su labor, todos los gastos incluidos en sus fraguadas contribuciones al erario público.
Rafael Nahuel hoy; Santiago Maldonado ayer. Las balas del poder apuntan hacia abajo. Se corre riesgo si se es pobre, doblemente si se tiene la tez oscura. Más aún si no se dobla la frente ante la injusticia.
Cuando el poder lo manifestemos los de abajo, no habrá impunidad. Ni campesinos sin tierra, ni trabajadores sin pan. Y, entre otras cosas, los verdugos que ordenan el tiro de gracia, y los verdugos que lo dan, también tendrán justicia.
Eso pasará. No en ninguna vida ultraterrena. Pasará. Porque, como dijo el poeta, "los más sencillos/
ganaremos,/ aunque tú no lo creas,/ ganaremos."
ganaremos,/ aunque tú no lo creas,/ ganaremos."
***
Acá
Cruzamos
el Ecuador hace raudales.
No
tenemos naves por quemar,
pero
amontonamos ramitas como si tal cosa.
Nosotras,
nosotros; los demolidos,
las
asiladas, los guachitos; los sin cobija, la indiada,
destetados
al alba, apaleadas y apaleados;
nosotros,
los que no añoramos ningún paraíso
como no
sea venidero.
A veces
nos ocultamos, luna nueva derrotada por la noche.
Y
seguimos camino.
(En
esta hoguera que alzamos hay un tizón.
Lo
tomamos con las manos,
con ternura,
como a una fruta suave.
Lo
ponemos en un hueco,
en el
lugar exacto del pecho o de la noche.
Late.)
Nosotras,
nosotros, los fusilados,
los deportados, las inmoladas...
Quiero
decir que
acá
estamos
nosotros,
los que
vamos a vencer.
26/11/2017