Otro año va a empezar. Y de seguro con él, nuevas luchas, renovados desafíos. El cambio de calendario y sus arbitrariedades matemáticas o sus precisiones astronómicas no suprimen la causalidad. Lo que no hayamos sembrado, no habremos de cosecharlo mágicamente por estrenar almanaque. Pero si hay lugar para que la esperanza encuentre su nido, al menos, por un tiempo, no habría que ahuyentarla.
Con otro año, nos aguardan otras luchas, hijas de las que están en curso. Y la certeza de que vamos a darlas para vencer. No sabemos si el triunfo o el norte que orienta nuestras velas está en el porvenir inmediato. Pero sabemos que no está atrás, y no es poco.
Por eso esperamos, aunque no lo hacemos sentados ni quietos; por eso apostamos nuestrtas escasas monedas o nuestra última munición humedecida mirando hacia el futuro.
El enemigo, en sus despachos, cuarteles y ministerios, está claro.
Y, como dice el poeta, nosotros vamos a empezar otra vez.
***
Esperan
vamos a empezar la lucha otra vez/el enemigo
está claro y vamos a empezar otra vez/
vamos a corregir los errores del alma/
sus malapenas/sus desastres/tantos compañeritos
derramados/hijitos derramados/vamos
a empezar/llegó el día con su
recordación de muerte/llegó la
noche con su recordación de muerte
llegó la muerte con su recordación/
nosotros vamos a empezar otra vez/
otra vez vamos a empezar/
otra vez vamos a empezar nosotros
contra la gran derrota de la mundo/
compañeritos que no terminan/o
arden en la memoria como fuegos/
otra vez/otra vez/otra vez
Juan Gelman;
de Si dulcemente; 1980