miércoles, 16 de julio de 2014

Entre el mar y los olivos





Entre el mar y los olivos

“Israel ha mantenido bombardeos por aire y navales sobre la Franja de Gaza durante este séptimo día, a pesar de la creciente presión internacional para un alto el fuego.
Por lo menos 187 personas, un 80% civiles, entre ellas 31 niños, han muerto desde el lunes y más de 1.200 personas han resultado heridas.”
Agencia Al Jazeera; 15/07/14

Soy yo.

Cuando el sol por fin se recuesta

en algún lugar entre el mar y los olivos,

inundo el anochecer de preguntas.



Soy yo, el niño crecido al compás de los muros. El niño

hendido mil veces por la metralla;

soy el chiquilín balanceándose

sobre una hamaca de soga

en la nudosa rama de un olivo

cuando ardió el bombardeo; yo soy

el pequeño sepultado en vida, el niño

desplazado que encontró en la muerte

una fina capa de la tierra vedada y prometida.



Cuéntenme qué pasa en el mundo

mientras estoy fuera del mundo.

Cuéntenme a qué crepúsculo se parece el rostro

de cada una de las primaveras que ya no habrá,

duraznos en flor que no respiraré.



(No lo veo ni veré, pero cuéntenme

si finalmente el cielo está limpio

de aves negras como aviones

que tornen carmín la arboleda.)



Cuéntenme adónde migrarán las caricias que atesoraba,

el beso con que reinauguraría el amor, los otros niños

de los que no poblaré este patio ni sábana alguna;

y cuéntenme, entonces, quién se hamacará de cuál olivo.

Cuéntenme de ese licor nunca ensayado

que ardería lo mismo que ese otro sol que vi

dibujarse en un instante para encender los olivares.



Cuéntenme.

Díganme que en mi despedida florecerán pañuelos.

Cuéntenme que en mi despedida germinarán puños.

Ninguna palma abierta hacia el verdugo:

cuéntenme de los dos dedos trazando el precozmente

aprendido alfabeto de la victoria.



(Y, sobre todo, cuéntenme de ese otro día

en que ya no habrá quien le ponga muros ni cercos

al infinito de un horizonte en que los niños jueguen

sin que los atraviese la metralla, y la arboleda arda tan solo

cuando el sol se recueste entre el mar y los olivos.)

 Mariano Garrido; 16/07/14

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