Entre
el mar y los olivos
“Israel ha mantenido bombardeos por
aire y navales sobre la Franja de
Gaza durante este séptimo día,
a pesar de la creciente presión internacional para un alto el fuego.
Por lo menos 187 personas, un 80% civiles, entre ellas 31 niños, han muerto desde el lunes y más de 1.200 personas han resultado heridas.”
Por lo menos 187 personas, un 80% civiles, entre ellas 31 niños, han muerto desde el lunes y más de 1.200 personas han resultado heridas.”
Agencia Al Jazeera; 15/07/14
Soy yo.
Cuando
el sol por fin se recuesta
en
algún lugar entre el mar y los olivos,
inundo el
anochecer de preguntas.
Soy yo,
el niño crecido al compás de los muros. El niño
hendido
mil veces por la metralla;
soy el chiquilín
balanceándose
sobre
una hamaca de soga
en la nudosa
rama de un olivo
cuando
ardió el bombardeo; yo soy
el pequeño
sepultado en vida, el niño
desplazado
que encontró en la muerte
una
fina capa de la tierra vedada y prometida.
Cuéntenme
qué pasa en el mundo
mientras
estoy fuera del mundo.
Cuéntenme
a qué crepúsculo se parece el rostro
de cada
una de las primaveras que ya no habrá,
duraznos
en flor que no respiraré.
(No lo
veo ni veré, pero cuéntenme
si finalmente
el cielo está limpio
de aves
negras como aviones
que tornen
carmín la arboleda.)
Cuéntenme
adónde migrarán las caricias que atesoraba,
el beso
con que reinauguraría el amor, los otros niños
de los
que no poblaré este patio ni sábana alguna;
y cuéntenme,
entonces, quién se hamacará de cuál olivo.
Cuéntenme
de ese licor nunca ensayado
que
ardería lo mismo que ese otro sol que vi
dibujarse
en un instante para encender los olivares.
Cuéntenme.
Díganme
que en mi despedida florecerán pañuelos.
Cuéntenme
que en mi despedida germinarán puños.
Ninguna
palma abierta hacia el verdugo:
cuéntenme
de los dos dedos trazando el precozmente
aprendido
alfabeto de la victoria.
(Y,
sobre todo, cuéntenme de ese otro día
en que ya
no habrá quien le ponga muros ni cercos
al
infinito de un horizonte en que los niños jueguen
sin que
los atraviese la metralla, y la arboleda arda tan solo
cuando
el sol se recueste entre el mar y los olivos.)
Mariano Garrido; 16/07/14