miércoles, 19 de noviembre de 2008

La llave que nadie ha perdido


La poesía puede ser una llave, un arma. O un extraño en un laberinto. O un extraño laberinto. Elicura, chileno y mapuche, poeta y militante de la cultura, elige. Porque dentro de aquello que de ninguna manera la poesía puede ser, está el signo hueco, el lugar vacío, la pose neutral.

Adorno, humo y arabesco. O sencilla simpleza, grito, susurro tal vez. Contra los mistificadores, brujos y posmodernos, un canto de poeta, una voz de la tierra. Un poeta que dice qué es la poesía. Y lo hace con voz clara. Y en un poema. Porque la poesía es una llave, sí: una llave que nadie ha perdido.


***

La llave que nadie ha perdido

La poesía no sirve para nada me dicen
Y en el bosque los árboles se acarician
con sus raíces azules
y agitan sus ramas al aire
saludando con pájaros la Cruz del Sur
La poesía es el hondo susurro de los asesinados
el rumor de hojas en el otoño
la tristeza por el muchacho
que conserva la lengua
pero ha perdido el alma
La poesía, la poesía es un gesto
un sueño, el paisaje
tus ojos y mis ojos, muchacha
oídos corazón, la misma música
Y no digo más, porque nadie encontrará
la llave que nadie ha perdido
Y poesía es el canto de mis Antepasados
el día de invierno que arde y apaga
esta melancolía tan personal

Elicura Chihuailaf

(En Kallfv mapu - Tierra azul. Poesía mapuche contemporánea; 2008)

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