Aunque vista ropas coloridas o uniforme color caqui; use melena bohemia o peine su testa con gomina; sonría con pose progresista o enseñe los dientes... En cualquier caso, el fascismo es el fascismo. Parece simple. Los periódicos se encargan de dar cuenta de que no lo es tanto. Los amantes del "mal menor" que dicen conjurar a la derecha, y en pos de eso apoyan opciones de-derecha-pero-no-tanto, no hacen más que clausurar hasta la más remota pretensión de cambio. La resignación también es un arma de la derecha. Tal vez, una que muchas veces es más eficaz que los sables.
Aunque tenga rimel democrático o traje verdeoliva; use canciones populares o himnos marciales; sea un poco de derecha o del todo...
***
Consejo que ya no es necesario en ninguna parte del mundo pero que en El Salvador...
No olvides nunca
que los menos fascistas
de entre los fascistas
también son
fascistas.
Roque Dalton
(En Poemas clandestinos; 1975)