Once de septiembre. Casualmente hoy el imperio y sus bocinas nos informan sobre la tragedia del terrorismo. Casualmente un once de septiembre se ejercía el terrorismo desde el imperio hacia el sur. Más precisamente hacia Chile. Precisamente de Chile llega la voz de Gonzalo Millán, hoy, que es once de septiembre, y que sarcásticamente el imperio dice lamentar el terrorismo.
***
9.
El día tiene veinticuatro horas.
La ampolleta está encendida las 24 horas.
La ampolleta cuelga del centro del cuarto.
El aire del cuarto es pesado.
Puertas y ventanas permanecen cerradas.
Los prisioneros tienen la cabeza inclinada.
Los prisioneros están sentados en sillas.
Los prisioneros están con la vista vendada.
Pestañas y cejas se pegan a la venda.
Bajo la venda se mueven los párpados.
Las manos se hinchan.
Las manos están atadas con cordeles.
Sacan encapuchado a un prisionero del cuarto.
Los prisioneros se quejan susurran se mueven.
Los prisioneros deben permanecer inmóviles.
Los prisioneros deben permanecer en silencio.
Cualquiera infracción es duramente castigada.
Los prisioneros reciben alimento una vez al día.
El caldo es magro y se sirve frío.
Los prisioneros beben agua en forma racionada.
No se permite el aseo personal a los prisioneros.
Los prisioneros van una vez al día al retrete.
Pasada la medianoche permiten tenderse en el suelo.
El compañero que fue al interrogatorio no ha vuelto.
Los prisioneros duermen sólo con sus ropas.
En la noche son audibles los gritos de los compañeros.
Los prisioneros son despertados en la madrugada.
La ampolleta está encendida las 24 horas.
La ampolleta cuelga del centro del cuarto.
El aire del cuarto es pesado.
Puertas y ventanas permanecen cerradas.
Los prisioneros tienen la cabeza inclinada.
Los prisioneros están sentados en sillas.
Los prisioneros están con la vista vendada.
Pestañas y cejas se pegan a la venda.
Bajo la venda se mueven los párpados.
Las manos se hinchan.
Las manos están atadas con cordeles.
Sacan encapuchado a un prisionero del cuarto.
Los prisioneros se quejan susurran se mueven.
Los prisioneros deben permanecer inmóviles.
Los prisioneros deben permanecer en silencio.
Cualquiera infracción es duramente castigada.
Los prisioneros reciben alimento una vez al día.
El caldo es magro y se sirve frío.
Los prisioneros beben agua en forma racionada.
No se permite el aseo personal a los prisioneros.
Los prisioneros van una vez al día al retrete.
Pasada la medianoche permiten tenderse en el suelo.
El compañero que fue al interrogatorio no ha vuelto.
Los prisioneros duermen sólo con sus ropas.
En la noche son audibles los gritos de los compañeros.
Los prisioneros son despertados en la madrugada.
Gonzalo Millán
(De La ciudad; 1979)
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